El pasado sábado tuvimos otro taller, el de ritmos para danza oriental. De todos los ritmos que podríamos haber estudiado, escogí siete de los que considero bastante básicos. Todo cuesta al principio, sobretodo cuando no tienes ni idea de música (en el sentido de leerla), así que lo mejor es comenzar con aquellos ritmos que pueden sernos más naturales, ya sea por su facilidad o porque son los que más escuchamos en clase.
Así pues, el sábado nos dispusimos a aprender un poco más, nos sentamos y abrimos los oídos. Sí, yo también, porque nunca se sabe lo suficiente de todo y más vale ir practicando siempre que se pueda. Fuimos escuchando:
- Ayub: introducido en Egipto por los nubios en la antigüedad; es el ritmo místico y de las ceremonias de trance. También lo llamamos zaar.
- Malfuf: rápido y energético, es un ritmo tribal y está presente en las danzas y el folklore de los beduinos. Se introduce como principio o final de las piezas musicales.
- Fal.lahi: es el ritmo con el que las mujeres del Bajo Egipto, alrededor del Nilo, amasan el pan. Es el protagonista de cualquier festividad o celebración religiosa o familiar. Los golpes de cadera, las vibraciones, giros y pasos cortos encajan con él.
- Saiidi: Originario de la zona del Said. Es junto al Fal.lahi el ritmo más característico del folklore egipcio. Se asocia a la danza del bastón (lucha taghtib)
- Maksoum saguir: es un ritmo puramente egipcio y muy adecuado para acompañar con los crótalos.
- Maksoum kabir: también se denomina ritmo baladí (pero atención, el baladi no es un ritmo sino un estilo de danza popular que tiene como ritmo base un maksoum o un masmoudi)
- Chiftetelli: de origen turco, de hecho es la palabra con la que se denomina en Turquía y Grecia a la danza del vientre. También es conocido como el ritmo del “camello”, por lo adecuado que es para este movimiento.
La primera parte consistía simplemente en escuchar diferentes tomas de cada ritmo: desnudo, acompañado por crótalos, escondido en una canción... según íbamos captando los ritmos los apuntábamos en un folio preparado para ello. Es la parte más difícil, sin ayuda de ningún tipo: sólo el oido y una buena dosis de paciencia.
En la segunda parte todas pusimos en común lo que habíamos escuchado, unas veces con más acierto que otras, pero insisto en que no es algo fácil y que mientras se educa el oido y no, pasa bastante tiempo. Los dum y los tec bailaron de un lado a otro con más facilidad que nosotras!
La tercera parte se nos pasó volando y en cierta manera es la que nos permite interiorizar más los ritmos, puesto que se tenía que escoger dos o tres ritmos diferentes y hacer una mini coreografía. Así, mientras unas cantaban los ritmos escogidos las otras bailaban. Las dos combinaciones que se hicieron fueron muy interesantes, y más si tenemos en cuenta que las hicieron en tan sólo 10 minutos. Ahora, como siempre, toca practicar... y si no se puede en casa al menos se ha de abrir más el oido en clase, para que lo aprendido no se quede en el olvido.
Espero repetirlo pronto!
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1 comentari:
Hauràs de fer un altre taller, perquè ja vas veure que em costa horrors!!!!només cal veure la foto!
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